En Madrid hay muchos hoteles boutique, pero ninguno como URSO Hotel, el primer cinco estrellas de la ciudad.
Madrid se puede vivir de tanta maneras, pero hay pocas que reúnan lujo, historia, elegancia y comodidad. Y añadimos una más: modernidad. Todas estas virtudes se encuentran en un lugar, concretamente en un hotel, en la estancia que piensas cuando quieres visitar la ciudad de una forma sofisticada.
Situado en un enclave privilegiado entre los céntricos barrios de Chamberí, Tribunal y Chueca, URSO Hotel es un edificio histórico, de esos que han sabido llevar el paso del tiempo con la cabeza bien alta convirtiéndose en uno de los alojamientos imprescindibles en la ciudad. El edificio integra el carácter señorial de la arquitectura burguesa del Madrid del S.XX, con la modernidad y el confort de un hotel de lujo actual.
UN HOTEL CON HISTORIA
Pero, ¿qué hace de URSO Hotel & Spa un hotel tan especial? Hay que remontarse a su historia. En agosto de 2014, abrió sus puertas convirtiéndose en el primer hotel boutique de cinco estrellas de Madrid.
Hoy, desde su privilegiada ubicación en pleno barrio de las Salesas, es ya un referente entre los hoteles de lujo de la ciudad, combinando a la perfección la elegancia y el carácter señorial de la arquitectura burguesa con la modernidad, confort y todas las prestaciones que se espera en un hotel del siglo XXI, llegando así a un público cosmopolita que busca la mejor calidad y un trato diferencial y personalizado.
El edificio que alberga URSO data de 1915 y fue proyectado por José María Mendoza Ussía para la antigua compañía vizcaína Papelera Española. El hotel conserva la estética neoclásica del palacio fusionada con un interiorismo contemporáneo y sofisticado que permite al huésped sentirse como en casa.
El prestigioso arquitecto e interiorista Antonio Obrador fue el responsable de su restauración, en la que se mantuvieron algunos elementos originales del edificio como su luminoso patio central, las coloridas vidrieras, los azulejos que decoran la fachada obra de Ruiz de Luna, los suelos de mármol o las paredes forradas de madera. De este modo URSO siempre ha mantenido la elegancia del Madrid de principios del siglo XX, pero con un carácter funcional y la máxima sensación de comodidad.
LOCALIZACIÓN DE LUJO EN UN BARRIO DE MODA
Para los que buscan una escapada en el centro de la ciudad, URSO Hotel ofrece todo lo necesario: comodidad para visitar los principales monumentos y atracciones turísticas -el Museo del Prado y el Retiro se encuentran a tan solo unos 10 minutos a pie-, además de un lugar tranquilo donde también relajarse en familia o en pareja.
Su ubicación de lujo aún lo hace más especial. El barrio de las Salesas, es uno de los barrios que más está despuntando en la ciudad en cuanto a novedades gastronómicas.
Además, el hotel cuenta con zona de spa y fitness y 78 habitaciones y suites, todas ellas espaciosas y elegantes, perfectas para relajarse después de un día de turismo o de trabajo. Y, por supuesto, una oferta gastronómica excepcional. Los espacios gourmet, el Invernadero, su Lobby Bar, Casa Felisa -abierto recientemente- y el Comedor Privado han sido concebidos para disfrutar de la variedad de sabores que ofrece la gastronomía madrileña con productos locales, frescos y de calidad. Aquí podrás disfrutar de deliciosos desayunos, snacks, cócteles, comidas y cenas abiertos también al público en general.
¿Aún hay más? Por supuesto, URSO Hotel ofrece algunas actividades exclusivas, como por ejemplo, sus tardes de piano en el lobby bar. En un ambiente relajado, con una selección de los mejores champanes del mundo por copa y una carta de cócteles clásicos y de autor, elaborados al momento por su barman, podrás disfrutar de una velada de piano los martes, jueves, viernes y sábados de 19:00 h. a 22:00 h.
También, cada sábado, domingo y festivos, el Invernadero acoge su clásico brunch, un plan al que todo el mundo está invitado en horario de 12:00 h. a 15:00 h. Con música de piano de fondo, podrás probar algunas de las sugerencias de su carta, la cual incluye huevos o tortilla al gusto, huevos Benedict o sándwich vegetal. ¿Imposible decir que no, verdad?