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La Fonda Heritage Hotel, la Marbella que renace

Recuperar el pasado marbellí y hacerlo con estilo, lujo y respeto: la nueva joya de Relais & Chateaux abre sus puertas en pleno centro histórico de la capital de la Costa del Sol, y somos los primeros en conocerla.

Desde hace meses, multitud de locales y curiosos turistas se asoman a diario a los números 9 y 10 de la Plaza del Santo Cristo de Marbella con ansias de descubrimiento. Saben que algo lleva sucediendo tras sus paredes desde hace meses. Qué decimos meses: años. Y ese “algo” está a puntito de ser desvelado. 

Tanta expectación no es para menos: la radiante fachada pintada de blanco de La Fonda Heritage Hotel, el lujoso hotel situado en el mismísimo corazón histórico de la ciudad malagueña que en breve abrirá sus puertas, es toda una declaración de intenciones. Porque hay lugares especiales, que con solo contemplarlos, sentirlos, olerlos, nos llevan a entender todo el universo de matices que se halla tras ellos. Y es lo que sucede aquí.

En Condé Nast Traveler nos hemos aventurado a ser los primeros en hospedarnos en este enigmático hotel boutique. Hemos querido conocer hasta el último rincón del esperadísimo proyecto que, por fin, y tras más tiempo del que jamás hubieran imaginado de excavaciones y restauraciones —¿quién iba a esperar los increíbles hallazgos arqueológicos que aparecerían durante la reforma?—, por fin verá la luz el próximo 1 de abril. Marbella está radiante; feliz: todo está listo para dar la bienvenida a La Fonda.

Patio de La Fonda Heritage Hotel

¿POR QUÉ RESERVAR?

Para empezar, porque esta gema de la hospitalidad en la que se conjugan historia, patrimonio, excelencia y buen hacer, se ha convertido además en el primer Relais & Châteaux de Andalucía. Un reconocimiento que encumbra a este pedacito de edén a lo más alto antes incluso de haber abierto al público. 

Por otro, porque te hablamos del que se va a convertir, sin duda, en el nuevo place to be marbellí —y si no, ya nos dirás en unos meses—. Un hotel que ha resurgido de sus cenizas gracias a un proyecto que ha sabido recuperar con absoluta elegancia, no solo vestigios del siglo XIII y XVI con los que se ha topado en el camino, sino también el que fue uno de los referentes de la edad de oro marbellí: corrían los 60 cuando la originaria La Fonda abría sus puertas para convertirse en punto de encuentro de todo tipo de personalidades, desde intelectuales a aristócratas pasando por políticos y artisteo. Unos años después, también el primer estrella Michelin de la ciudad era otorgado aquí.

Los Patios de La Fonda.La Fonda Heritage Hotel

EL AMBIENTE

No sabríamos decir si es su luz, intensa y a la par suave, que abraza cálida y acogedora el patio andaluz de entrada. O tal vez el murmullo del agua, sutil, casi imperceptible, que brota de su fuente central. Quizás sean sus históricas columnas y arcadas, que han aguantado estoicas el paso del tiempo, o el respeto y la hospitalidad con la que se recibe a cada uno de los visitantes. La cuestión es que, en cuanto traspasamos las puertas de nuestro hotel, sucede la verdadera magia. 

Y la magia no es otra que la virtud de crear en el huésped la sensación de pertenencia a un lugar, de hacerle sentir como en casa desde el primer instante. De llevarle a vivir con emoción cada paso dado por las dependencias del hotel en busca de sus sorprendentes espacios comunes, salones y patios. Pasillos que se reparten y se comunican, se retuercen y se vuelven a encontrar como si de un laberinto se tratara, y que hacen que las dudas nos asalten cuando nos planteamos el decantarnos por uno solo de sus espacios.  ¿Nos quedamos con Los Patios de la Fonda, una suerte de secret garden —como bien lo define Lauren Gilbert, copropietaria del hotel junto a Adrian Gilbert—, o con el coqueto office de tonos verdes en el que se sirve el buffet de desayuno? ¿Con las líneas elegantes de su restaurante gastronómico, Jane, o con las inesperadas vistas al skyline marbellí que se disfrutan desde su sky bar?

Lugares en los que darle el protagonismo al goce, a los placeres mundanos, y en definitiva, a la vida. Porque a La Fonda, amigos, se viene a disfrutar.

LA HISTORIA

La historia de La Fonda nos es narrada a través de su segunda piel, la que subyacía bajo una suerte de capa protectora y que ahora se ha liberado quedando al descubierto, desvelándonos sus secretos más íntimos. Muros que hablan, paredes que nos hacen viajar en el tiempo, cúpulas que susurran recuerdos de otras épocas y fachadas que cuentan secretos hasta ahora ocultos nos narran el pasado de este alojamiento, que en realidad es mucho más.

Y es que, cuando Adrian y Lauren, padre e hija de origen canadiense —aunque establecidos en Marbella desde hace décadas—, pasaron por delante del antiguo edificio abandonado durante 20 años y decidieron comprarlo, no sabían que se estaban colocando en la casilla de salida de una auténtica aventura. Una historia que arrancó con la llamada del jefe de obra avisando de que se habían topado con algo: las excavaciones arqueológicas acabaron dando luz a descubrimientos inesperados bajo los suelos y paredes del edificio.

Suite Heritage La Fonda Heritage Hotel Marbella

Porque aquí, bajo nuestros pies, se encontraron desde vestigios de un barrio industrial de la época nazarí —es decir, del siglo XIII—, al altar y las naves laterales de la mítica Iglesia de San Sebastián, del siglo XVI. Un templo del que siempre habían existido rumores, pero del que jamás se hallaron evidencias: claro, estaban ocultas en las paredes de La Fonda, que además de como hotel, también había servido como escuela e incluso vivienda a lo largo de los siglos.

Los restos nazaríes fueron vueltos a enterrar para su conservación, pero con la iglesia se hizo un arduo trabajo de restauración y conservación liderado por el arqueólogo Miguel Vila Oblitas y hoy se halla al descubierto en una de las salas de Jane, el gastronómico del hotel. En una de sus paredes, otro pedacito de pasado: el inmenso espejo que lució el hotel La Fonda allá por los 60 y que resultó ser lo único que sobrevivió a la época, muy posiblemente debido a sus dimensiones: todos los demás elementos habían desaparecido.

En uno de los tres históricos edificios en los que se divide el conjunto hotelero, justo tras la iglesia, se descubrió también el antiguo camerín de la Virgen de los Remedios. Preciosos frescos con un grado de conservación altísimo ocultos tras 16 capas de pintura que hoy decoran, con sus ángeles, de nuevo una de las estancias de la Suite Heritage, un tesoro de una belleza abrumadora. Para rematar nuestro particular viaje en el tiempo, solo necesitamos abrir bien los ojos: por aquí y por allá, donde menos lo esperamos, asoman restos de “arquitectura fingida” de los siglos XVIII y XIX, esto es, dibujos que recrean elementos arquitectónicos a modo de trampantojo.

Junior Suite de La Fonda Heritage Hotel Marbella

EL HOTEL

20 exclusivas habitaciones, cuatro de ellas, suites, conforman la tentadora oferta de La Fonda Heritage Hotel regalándonos un auténtico rompecabezas de formas y diseños que hace que ninguna habitación, ninguna estancia, sea igual a otra. Ese era precisamente uno de los grandes retos, alcanzado, de hecho, con creces: saber adaptarse a la arquitectura originaria, tener el tacto y la delicadeza suficientes como para jugar con pasado y presente con elegancia. Y hacerlo, además, sacándoles el máximo partido.

El diseño interior, liderado por Pablo Cascallana con el asesoramiento de la propia Lauren, se esforzó en dotar de identidad propia cada uno de los espacios asegurándose de poner en valor los detalles que marcaban la diferencia. Rincones hoy completados con flores y cerámicas, con arte decorando paredes y plantas, muchas plantas.

Llaman la atención los suelos hidráulicos que lucen en diversas estancias del hotel, todos ellos recuperados y reutilizados de fincas antiguas de Barcelona: algunos, ojo, tienen más de cien años. También los azulejos tipo metro presentes en los baños, separados de los dormitorios por enormes cristaleras. Otros, sin embargo, cuentan con losas de arcilla elaboradas localmente como antaño, secadas al sol. Determinadas habitaciones poseen bañera; otras, pilas de lavabo de mármol que son auténticas reliquias. También las hay con coquetos balcones y extensas terrazas, con tragaluces o, como la Suite Loft, situada en una de las torres y con vistas desde la misma cama a toda la ciudad. 

Habitaciones minimalistas e inevitablemente irresistibles repletas de detalles que otorgan al huésped de una estancia aún más especial: sábanas y toallas de algodón de 600 hilos de Carmen Borja —también artífice de la mantelería, servilletas y otros complementos del hotel—, o textiles estampados de la cordobesa Santa Amalia.

Amenities de Meraki, primeras marcas en el minibar, sofisticado secador de pelo Dyson, kettle de Alessi o televisiones Loewe son solo otros de los detalles que ponen la guinda al pastel de la hospitalidad. ¿Hablábamos de lujo? Pues lujo es esto.

Jane el restaurante gastronómico de La Fonda Heritage Hotel

LA GASTRONOMÍA

Cada mañana Pascal Silman recorre los mercados y calles de Marbella visitando a los diferentes productores, desde agricultores a pescaderos. Su español se restringe a apenas unas palabras, pero ya ha sabido hacerse querido y respetado en la ciudad. Se trata del Chef Ejecutivo de La Fonda, natural del País Vasco francés, que acumula 30 años de trayectoria en los fogones de los restaurantes más prestigiosos del mundo. A sus espaldas, el trabajo compartido junto a grandes como Alain Ducasse y Michel Guérard, Claude Patry, Christian Parra, Jacques Maximin o Roger Vergé, o altos cargos ostentados en las cocinas de hoteles como el Vista Palace en Roquebrune-Cap-Martin; el Conrad en Bruselas o el restaurante Maya Bay, en Mónaco.

Hoy lo vemos moverse entre sartenes y ollas, entre ingredientes locales e importados de su querida Francia, tras la inmensa ventana que permite contemplar qué se cuece en la cocina de Jane, el gastronómico de La Fonda. Un lugar —la cocina— en el que aprendió a desenvolverse desde muy pequeño, cuando un desafortunado accidente le llevó a pasar tres años de su infancia en la granja de su abuelo en Burdeos, donde sus tías le enseñaron muchísimo de gastronomía, pero también sobre el respeto por este arte.

Su propuesta, refinada y deliciosa, busca potenciar el producto local, darle su protagonismo, jugar con sabores y texturas de una manera delicada y proponer en el plato recetas que irán ajustándose a la estacionalidad. Para llevar a lo más alto a Jane se ha rodeado de un equipo excelente, tanto en cocina como en sala, curtido bajo las directrices de grandes chefs nacionales e internacionales. Una oferta que podrá disfrutarse tanto a la carta como en menú degustación, ya sea con o sin maridaje a manos de su sumiller, Jorge Olivencia. La extensa bodega del hotel, con más de 100 referencias de todo el mundo, hace una especial apuesta por los caldos regionales.

Jane el restaurante gastronómico de La Fonda Heritage Hotel

Entre las propuestas gastronómicas, otro absoluto mustel desayuno buffet y brunch saludables que se ofrecen en Los Patios de la Fonda, abiertos también al público general y cuya oferta variará a diario. Ensaladas, mermeladas francesas, mantequillas artesanas asturianas, los mejores embutidos o exquisitas piezas de bollería conformarán solo una parte del delicioso festín, que contará también con propuestas a la carta. Al abrazo del cálido sol del sur, y entre árboles centenarios que se alzan hacia el cielo, el inicio de cada jornada será todo un acontecimiento. Para las tardes y noches, además, un elegante sky bar en la azotea, donde las miradas —y el apetito– recaerán sobre las ostras y mariscos, perfectos para maridar con los cócteles más sugerentes. ¿De regalo? Inigualables vistas a la ciudad.

LA ZONA

Vamos a ser muy pesados, pero es que no nos queda más remedio: este oasis de lujo y exclusividad, este alojamiento boutique que abraza a lo grande el concepto de hospitalidad y la atención más cuidada, se halla en el corazón histórico de Marbella. Sí: rodeado de placitas encaladas y fachadas repletas de macetas de flores, de negocios de los de toda la vida, iglesias, jardines e incluso trocitos de la muralla árabe que un día protegió a la fortaleza. O sea: La Fonda forma parte del auténtico corazón marbellí, de este paraíso que es auténtica esencia sureña.

La Fonda Heritage Hotel, Marbella.Jesús Chacón

Así que solo tendrás que caminar diez pasos —los que te llevarán a salir del hotel— para entregarte al placer de perderte por enrevesadas calles que son herencia de su pasado árabe. Para dejarte abrazar y atrapar por lo puramente andaluz, por las charlas de sus vecinos, los vinitos en tascas de toda la vida. Un poco más abajo, el mar: Marbella vive mediterráneamente y eso no se nos puede olvidar. Pero también lo hace de cara a la sierra, que se alza a escasa distancia sirviendo de barrera protectora, esa que le otorga el microclima que tiene enamorada a media Europa.

Para disfrutar de las bondades de esta tierra, La Fonda ofrece además una carta de experiencias que incluye desde paseos guiados por el casco antiguo a visitas a viñedos de la adorada Ronda, catas de vino con sabor a Málaga junto a su sumiller, o una ruta de tapas por los establecimientos locales con más solera.

SOSTENIBILIDAD

Como buen miembro de Relais & Châteaux, el punto ecológico y de defensa de la sostenibilidad es un objetivo claro y primordial desde los orígenes de La Fonda. Una máxima que se ha seguido a pies juntillas desde que el proyecto era solo un papel: desde aquí se defienden la conciencia, la responsabilidad y el compromiso profundo con las comunidades locales. ¿Por ejemplo? Tratando de ser respetuosos con el medio ambiente mediante la instalación de un sistema de ahorro de energía que es sensible al calor y que permite nivelar constantemente la temperatura. O apostando por el apoyo a productores locales, que surten al hotel con alimentos que son utilizados en su cocina, pero también con los materiales con los que han sido renovados o reconstruidos muchos de sus espacios, como las losas de arcilla de algunos suelos y paredes.

El reciclaje también es una máxima que se persigue: el ejemplo lo tenemos en los suelos hidráulicos traídos de casas centenarias catalanas que ya te comentamos. En las habitaciones, únicamente los amenities que son realmente necesarios, evitando siempre los de un solo uso: bienvenidos los recargables.

Bañera independiente en The Loft Suite La Fonda Heritage Hotel

EL SERVICIO

Una de las claves de La Fonda, y una de sus mayores apuestas, se halla precisamente en su personal, profesionales talentosos que desprenden pasión por lo que hacen escogidos a conciencia para dar el más excelente servicio a sus huéspedes. Saben muy bien por acá, que ahí radica gran parte de la felicidad, pero también del éxito, y ese es precisamente su objetivo. Por eso no es raro recibir un trato personalizado desde el momento en el que se atraviesan la puertas del hotel, donde nos reciben dándonos la bienvenida por nuestro nombre. ¿Qué mejor sensación que la de sentirnos especiales?

La batuta del hotel se halla a manos de Victor Krensler, su Director General, cuya carrera le ha hecho pasar por altos cargos y grandes referentes del lujo y la hospitalidad en Marbella. Su mano derecha, Claudia Busch, subdirectora de La Fonda y toda una experta detallista, mima cada aspecto relacionado con la atención, pero también con la manera de convertir el hotel en un lugar más acogedor. ¿El objetivo?  El mismo que el de toda la gran familia que conforma este nuevo tesoro marbellí: que la experiencia de alojarse en este novedoso Relais & Châteaux sea siempre, sencillamente, sublime. Perfecta. A lo que tenemos que añadir: ¿acaso lo dudábamos? 

Texto e imágenes: Revista traveller.